viernes, 1 de febrero de 2008


1 comentario:

Gonzalo Pérez dijo...

Los vidrios me dan una sensación doble: por un lado son muy frágiles, como que hasta por mirarlos se puedan romper, y por otro son muy poderosos y fuertes, contienen sublimada en sí mismos una fuerza extraña. Por ej. recordar esa peli "Los dioses deben estar locos" donde se desata un caos en un su cosmos-tribu por culpa de una botella de coca cola, y también no olvidar que el diamante es un vidrio (creo) y que es el más fuerte de nuestro planeta.
Luego recuerdo unas ventanas que pintaste en tu casa en La Florida hace años atrás, y con los colores que me enseñaste a ver a través de esas transparencias, te he aprendido a conocer a ti también. Alguna vez puse vidrios rotos en unos cuadros, y me gustaba esa sensación entre muerte (por destrucción) y vitalidad (por el brillo).. Recuerdo que también pintabas unas copas muy bellas.
Veo tus vidrios y te veo a ti. Delicada y poderosa a la vez. Y te quiero mucho.